Definitivamente, fue otra jornada poco tranquilizadora para el sanchismo. Una más en la que los acontecimientos se precipitaron. La Guardia Civil detuvo a la «fontanera» del PSOE Leire Díez y al expresidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) Vicente Fernández por presuntas irregularidades en contrataciones públicas en una causa investigada por la Audiencia Nacional, distinta a la ya conocida por presuntos delitos de tráfico de influencias y cohecho. Poco antes, el banquillo se situó a la vuelta de la esquina para los más estrechos colaboradores de Pedro Sánchez. La Sala de Apelación del Tribunal Supremo avaló la decisión de procesar a José Luis Ábalos y Koldo García por el «caso mascarillas». Los jueces entendieron que hay un «sólido y robusto cuadro indiciario» contra ambos. Es pues, evidente que el cerco de la corrupción se estrecha. El final del ciclo se acelera.
Definitivamente, fue otra jornada poco tranquilizadora para el sanchismo. Una más en la que los acontecimientos se precipitaron
Definitivamente, fue otra jornada poco tranquilizadora para el sanchismo. Una más en la que los acontecimientos se precipitaron. La Guardia Civil detuvo a la «fontanera» del PSOE Leire Díez y al expresidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) Vicente Fernández por presuntas irregularidades en contrataciones públicas en una causa investigada por la Audiencia Nacional, distinta a la ya conocida por presuntos delitos de tráfico de influencias y cohecho. Poco antes, el banquillo se situó a la vuelta de la esquina para los más estrechos colaboradores de Pedro Sánchez. La Sala de Apelación del Tribunal Supremo avaló la decisión de procesar a José Luis Ábalos y Koldo García por el «caso mascarillas». Los jueces entendieron que hay un «sólido y robusto cuadro indiciario» contra ambos. Es pues, evidente que el cerco de la corrupción se estrecha. El final del ciclo se acelera.
