Dudo que nada pueda superar estar Navidades la postal elegida por doña Sofía y don Juan Carlos para felicitarnos. Esa escena del árbol de Navidad enmarcando dos cocker spaniel negros, dos schnauzer miniatura blancos y un pequeño peekapoo reconozco que me ha dejado deslumbrada. El “chritsmas” (así lo llamábamos en los 80) ha sido sepultado por los vídeos digitales, pero continúa siendo muy expresivo de los sentimientos del remitente. Hay quien ama la pintura clásica y quien prefiere los ingenuos belenes de los 70, hay quien se pelea con los motivos religiosos y aprovecha para enviarte una Harley Davidson o una grabado de la serie negra de Goya.
El Rey emérito cuenta en sus recientes memorias que dejó en Zarzuela una rehala de perros que ahora cuida doña Sofía. Dudo mucho, sin embargo, que la Reina haya preguntado en Abu Dabi sobre el motivo de la postal, ya que el monarca confiesa que apenas se tratan. Intuyo que este “chritsmas” es preferencia de doña Sofía y viene a decir “si tenemos que compartir foto, que sea la de los perros”. Por un lado, agrada a una sociedad cada vez más sensible a los canes esta imagen graciosa y doméstica de los falderos; por otro, es un sutil desquite de una dama elegante, después de que Don Juan Carlos haya desafiado la autoridad de su hijo publicando un libro cuajado de torpezas que a nadie se le esconde que ha tenido que sentar mal.
Yo comprendo al Rey emérito, es un hombre anciano, alejado del hogar y apartado de los suyos que ha estado acostumbrado al poder y no comprende que debe abajarse. Obedecer cuando se ha mandado es desafío superior. Siempre me ha admirado la actitud de Benedicto XVI y ese enterrarse en vida ejemplar. Lo cierto es que don Juan Carlos desliza en este “Reconciliación” palabras imprudentes hacia el Gobierno, doña Letizia, Lady Di y hasta su hijo, que en nada ayudan a la reconciliación. La Corona está llamada a tender puentes, no a crear bandos, y conlleva el elevado precio de la absoluta discreción.
Doña Sofía ha debido sufrir con este menoscabo al trabajo denodado y ejemplar de don Felipe y doña Letizia por superar, entre otras cosas, el triste final del reinado anterior, una etapa grande de la Historia de España, cuyo mérito corresponde en gran medida a Don Juan Carlos, pero que él mismo empañó, como a menudo hacemos los seres humanos.
Me he sonreído con este christmas canino que desvela muchas cosas y constituye una finta magistral. Es simpático, convenientemente animalista y mordaz. Doña Sofía siempre ha sido una profesional.
Dudo que nada pueda superar estar Navidades la postal elegida por doña Sofía y don Juan Carlos para felicitarnos. Esa escena del árbol de Navidad enmarcando dos cocker spaniel negros, dos schnauzer miniatura blancos y un pequeño peekapoo reconozco que me ha dejado deslumbrada. El “chritsmas” (así lo llamábamos en los 80) ha sido sepultado por los vídeos digitales, pero continúa siendo muy expresivo de los sentimientos del remitente. Hay quien ama la pintura clásica y quien prefiere los ingenuos belenes de los 70, hay quien se pelea con los motivos religiosos y aprovecha para enviarte una Harley Davidson o una grabado de la serie negra de Goya.. El Rey emérito cuenta en sus recientes memorias que dejó en Zarzuela una rehala de perros que ahora cuida doña Sofía. Dudo mucho, sin embargo, que la Reina haya preguntado en Abu Dabi sobre el motivo de la postal, ya que el monarca confiesa que apenas se tratan. Intuyo que este “chritsmas” es preferencia de doña Sofía y viene a decir “si tenemos que compartir foto, que sea la de los perros”. Por un lado, agrada a una sociedad cada vez más sensible a los canes esta imagen graciosa y doméstica de los falderos; por otro, es un sutil desquite de una dama elegante, después de que Don Juan Carlos haya desafiado la autoridad de su hijo publicando un libro cuajado de torpezas que a nadie se le esconde que ha tenido que sentar mal.. Yo comprendo al Rey emérito, es un hombre anciano, alejado del hogar y apartado de los suyos que ha estado acostumbrado al poder y no comprende que debe abajarse. Obedecer cuando se ha mandado es desafío superior. Siempre me ha admirado la actitud de Benedicto XVI y ese enterrarse en vida ejemplar. Lo cierto es que don Juan Carlos desliza en este “Reconciliación” palabras imprudentes hacia el Gobierno, doña Letizia, Lady Di y hasta su hijo, que en nada ayudan a la reconciliación. La Corona está llamada a tender puentes, no a crear bandos, y conlleva el elevado precio de la absoluta discreción.. Doña Sofía ha debido sufrir con este menoscabo al trabajo denodado y ejemplar de don Felipe y doña Letizia por superar, entre otras cosas, el triste final del reinado anterior, una etapa grande de la Historia de España, cuyo mérito corresponde en gran medida a Don Juan Carlos, pero que él mismo empañó, como a menudo hacemos los seres humanos.. Me he sonreído con este christmas canino que desvela muchas cosas y constituye una finta magistral. Es simpático, convenientemente animalista y mordaz. Doña Sofía siempre ha sido una profesional.
Me he sonreído con este christmas canino que desvela muchas cosas y constituye una finta magistral
Dudo que nada pueda superar estar Navidades la postal elegida por doña Sofía y don Juan Carlos para felicitarnos. Esa escena del árbol de Navidad enmarcando dos cocker spaniel negros, dos schnauzer miniatura blancos y un pequeño peekapoo reconozco que me ha dejado deslumbrada. El “chritsmas” (así lo llamábamos en los 80) ha sido sepultado por los vídeos digitales, pero continúa siendo muy expresivo de los sentimientos del remitente. Hay quien ama la pintura clásica y quien prefiere los ingenuos belenes de los 70, hay quien se pelea con los motivos religiosos y aprovecha para enviarte una Harley Davidson o una grabado de la serie negra de Goya.. El Rey emérito cuenta en sus recientes memorias que dejó en Zarzuela una rehala de perros que ahora cuida doña Sofía. Dudo mucho, sin embargo, que la Reina haya preguntado en Abu Dabi sobre el motivo de la postal, ya que el monarca confiesa que apenas se tratan. Intuyo que este “chritsmas” es preferencia de doña Sofía y viene a decir “si tenemos que compartir foto, que sea la de los perros”. Por un lado, agrada a una sociedad cada vez más sensible a los canes esta imagen graciosa y doméstica de los falderos; por otro, es un sutil desquite de una dama elegante, después de que Don Juan Carlos haya desafiado la autoridad de su hijo publicando un libro cuajado de torpezas que a nadie se le esconde que ha tenido que sentar mal.. Yo comprendo al Rey emérito, es un hombre anciano, alejado del hogar y apartado de los suyos que ha estado acostumbrado al poder y no comprende que debe abajarse. Obedecer cuando se ha mandado es desafío superior. Siempre me ha admirado la actitud de Benedicto XVI y ese enterrarse en vida ejemplar. Lo cierto es que don Juan Carlos desliza en este “Reconciliación” palabras imprudentes hacia el Gobierno, doña Letizia, Lady Di y hasta su hijo, que en nada ayudan a la reconciliación. La Corona está llamada a tender puentes, no a crear bandos, y conlleva el elevado precio de la absoluta discreción.. Doña Sofía ha debido sufrir con este menoscabo al trabajo denodado y ejemplar de don Felipe y doña Letizia por superar, entre otras cosas, el triste final del reinado anterior, una etapa grande de la Historia de España, cuyo mérito corresponde en gran medida a Don Juan Carlos, pero que él mismo empañó, como a menudo hacemos los seres humanos.. Me he sonreído con este christmas canino que desvela muchas cosas y constituye una finta magistral. Es simpático, convenientemente animalista y mordaz. Doña Sofía siempre ha sido una profesional.
