El experto señala los diferentes aspectos que intervienen sobre la crisis que actualmente sufre el mercado inmobiliario, indicando el deterioro de los salarios sobre los precios
El acceso a la vivienda en España se ha convertido en uno de los principales focos de preocupación social y económica. El Índice de Precios de la Vivienda publicado por el INE refleja que en el tercer trimestre del año el precio de la vivienda se incrementó un 12,8%, un ritmo que no se registraba desde el primer trimestre de 2007 en pleno auge de la burbuja inmobiliaria. Este repunte confirma una tendencia alcista sostenida que afecta tanto a compradores como a inquilinos y que tensiona de forma creciente el presupuesto de los hogares.. El mayor impacto se ha producido en la vivienda de segunda mano, cuyo precio aumentó un 13,4 %, suponiendo una subida de 0,6 puntos respecto al periodo anterior y la mayor alza trimestral desde que existen registros. Esta evolución contrasta con la de los salarios, ya que entre 2020 y 2025 el salario medio solo ha crecido un 9,19 %. Asimismo, en ese mismo periodo registrado, la inflación alcanzó un 23,1%, lo que se traduce en una pérdida clara de poder adquisitivo para la mayoría de los trabajadores pese a los incrementos salariales.. A corto plazo, esta brecha entre el precio de la vivienda y los ingresos puede generar consecuencias relevantes. El retraso en la emancipación de los jóvenes, que según Eurostat ya se fija en una edad superior a los 30 años, el aumento del endeudamiento de las familias y una mayor presión sobre el mercado del alquiler aparecen como efectos inmediatos, efectos que ya se están viendo reflejados. Asimismo, el menor margen económico puede frenar el consumo y aumentar la desigualdad, configurando un escenario de mayor fragilidad social y económica.. El gran problema del acceso a la vivienda en España. Juan Ramón Rallo, economista, expuso en el podcast Tengo un plan, todo lo relacionado a la crisis de la vivienda y la pérdida de poder adquisitivo de las familias en nuestro país. «El precio de la vivienda en el último año en España, en término promedio claro, ha subido un 12%, si quitamos la inflación para medir cuál es el encarecimiento relativo, estamos hablando de un encarecimiento del 10%, no porque la moneda valga menos sino porque la vivienda vale más», comienza explicando el experto. De esta forma, la inflación por si sola reduce la subida, pues la verdadera diferencia se encuentra en la revalorización de los inmuebles durante el último curso.. «Durante los últimos treinta años, desde 1995, los salarios en términos promedio en España después de inflación han subido un 2,5% aproximadamente, eso significa que en un año la vivienda ha subido cuatro veces que lo que han subido los salarios en treinta años». agrega. Estos datos, sin duda revelan una problemática estructural que que se relaciona directamente con el deterioro del estilo de vida. «Y eso estamos hablando en términos promedio porque hay viviendas que se han encarecido más de un 10% y hay salarios, especialmente entre los más jóvenes, que han subido menos de ese 2,5%, es más, los salarios hoy de los jóvenes en términos reales son inferiores a los que había hace prácticamente veinte años», declara.. «Si tu tienes unos salarios decrecientes y un precio de la vivienda creciente eso expulsa de la propiedad a millones de personas jóvenes que la única expectativa más o menos serie o razonable que tienen de convertirse en propietarios de vivienda es heredar la vivienda que tienen sus padres, porque la mayoría de población de generaciones anteriores si es propietaria de vivienda en España», confirma. Por ende, indica que, por norma general, los nuevos propietarios llegarían a ser considerados como tal a la edad de cincuenta años, sin tener una posibilidad real de crear una familia de la misma manera que lo hicieron sus progenitores.. ¿Una subida salarial reduciría el problema de la vivienda?. El experto presenta esta duda que muchos pudieran pensar sobre el aumento del poder adquisitivo, sin embargo, explica que ambos problemas cuentan con naturalezas distintas y no son consecuencias directas entre sí. «El problema de la vivienda es que faltan viviendas allí donde se las demanda y justamente por eso sube el precio. Si tú a los demandantes les das más capacidad de compra, más capacidad para pagar esas viviendas, lo que harán será sobrepujar por las mismas y elevar aún más el precio», contesta ante este problema. Por ende, son dos problemas separados que deben ser subsanados lo antes posible pero con un desarrollo acorde y consciente.
El acceso a la vivienda en España se ha convertido en uno de los principales focos de preocupación social y económica. El Índice de Precios de la Vivienda publicado por el INE refleja que en el tercer trimestre del año el precio de la vivienda se incrementó un 12,8%, un ritmo que no se registraba desde el primer trimestre de 2007 en pleno auge de la burbuja inmobiliaria. Este repunte confirma una tendencia alcista sostenida que afecta tanto a compradores como a inquilinos y que tensiona de forma creciente el presupuesto de los hogares.. El mayor impacto se ha producido en la vivienda de segunda mano, cuyo precio aumentó un 13,4 %, suponiendo una subida de 0,6 puntos respecto al periodo anterior y la mayor alza trimestral desde que existen registros. Esta evolución contrasta con la de los salarios, ya que entre 2020 y 2025 el salario medio solo ha crecido un 9,19 %. Asimismo, en ese mismo periodo registrado, la inflación alcanzó un 23,1%, lo que se traduce en una pérdida clara de poder adquisitivo para la mayoría de los trabajadores pese a los incrementos salariales.. A corto plazo, esta brecha entre el precio de la vivienda y los ingresos puede generar consecuencias relevantes. El retraso en la emancipación de los jóvenes, que según Eurostat ya se fija en una edad superior a los 30 años, el aumento del endeudamiento de las familias y una mayor presión sobre el mercado del alquiler aparecen como efectos inmediatos, efectos que ya se están viendo reflejados. Asimismo, el menor margen económico puede frenar el consumo y aumentar la desigualdad, configurando un escenario de mayor fragilidad social y económica.. El gran problema del acceso a la vivienda en España. Juan Ramón Rallo, economista, expuso en el podcast Tengo un plan, todo lo relacionado a la crisis de la vivienda y la pérdida de poder adquisitivo de las familias en nuestro país. «El precio de la vivienda en el último año en España, en término promedio claro, ha subido un 12%, si quitamos la inflación para medir cuál es el encarecimiento relativo, estamos hablando de un encarecimiento del 10%, no porque la moneda valga menos sino porque la vivienda vale más», comienza explicando el experto. De esta forma, la inflación por si sola reduce la subida, pues la verdadera diferencia se encuentra en la revalorización de los inmuebles durante el último curso.. «Durante los últimos treinta años, desde 1995, los salarios en términos promedio en España después de inflación han subido un 2,5% aproximadamente, eso significa que en un año la vivienda ha subido cuatro veces que lo que han subido los salarios en treinta años». agrega. Estos datos, sin duda revelan una problemática estructural que que se relaciona directamente con el deterioro del estilo de vida. «Y eso estamos hablando en términos promedio porque hay viviendas que se han encarecido más de un 10% y hay salarios, especialmente entre los más jóvenes, que han subido menos de ese 2,5%, es más, los salarios hoy de los jóvenes en términos reales son inferiores a los que había hace prácticamente veinte años», declara.. «Si tu tienes unos salarios decrecientes y un precio de la vivienda creciente eso expulsa de la propiedad a millones de personas jóvenes que la única expectativa más o menos serie o razonable que tienen de convertirse en propietarios de vivienda es heredar la vivienda que tienen sus padres, porque la mayoría de población de generaciones anteriores si es propietaria de vivienda en España», confirma. Por ende, indica que, por norma general, los nuevos propietarios llegarían a ser considerados como tal a la edad de cincuenta años, sin tener una posibilidad real de crear una familia de la misma manera que lo hicieron sus progenitores.. ¿Una subida salarial reduciría el problema de la vivienda?. El experto presenta esta duda que muchos pudieran pensar sobre el aumento del poder adquisitivo, sin embargo, explica que ambos problemas cuentan con naturalezas distintas y no son consecuencias directas entre sí. «El problema de la vivienda es que faltan viviendas allí donde se las demanda y justamente por eso sube el precio. Si tú a los demandantes les das más capacidad de compra, más capacidad para pagar esas viviendas, lo que harán será sobrepujar por las mismas y elevar aún más el precio», contesta ante este problema. Por ende, son dos problemas separados que deben ser subsanados lo antes posible pero con un desarrollo acorde y consciente.
