Es lamentable que una rueda de prensa para hacer balance en La Moncloa se convierta en un ejercicio de descarado partidismo. Uno de los aspectos en los que Sánchez ha superado a cualquiera de sus antecesores es en el uso partidista de los medios públicos. Por supuesto, su única utilidad es dirigirse a los suyos y avanzar en la radicalización. Fue otro ejercicio de propaganda y, como siempre, de colocar un relato. Es interesante que empezara con una referencia a los escándalos de acoso sexual y corrupción en el PSOE. No solo no son hechos aislados, sino que son numerosos y afectan a los que eran sus colaboradores más importantes. Al final, todo se reduce a que el PP es muy malo y él lo ha hecho todo bien. Es un auténtico campeón del populismo. No paró de insistir en la ultraderecha, lo bien que lo hace y lo mal que lo hace la oposición.. La línea argumental fue que España va bien gracias a un gobierno progresista, aunque no conozco ningún país en la Historia que haya progresado con el comunismo. Lo mejor es que la prosperidad de España es gracias al «acierto y buena dirección de estos siete años». Esto confirma que no se relaciona con la economía real, porque estamos perdiendo inversiones por la crisis política e institucional, así como por la inseguridad jurídica. La ausencia de Presupuestos es un problema grave, pero, sobre todo, que no pueda aprobar ninguna ley importante. La excepción son aquellas normas que no tienen carga ideológica.. La macroeconomía es muy atractiva, pero siempre olvida que se han aparcado las reglas de control del gasto público gracias a las crisis y España se está endeudando sin límites. Es llamativo que, a pesar de tanta genialidad y brillantez, los votantes le hayan dado la espalda en las elecciones que se han ido sucediendo. Su estrategia para los próximos meses es victimizarse, ya que «si hay que aguantar campañas del fango y personales, lo haremos, lo haré». A esto hay que añadir que seguirá gastando dinero como si no hubiera un mañana. Es evidente que no solo quiere seguir, aunque todo puede cambiar, sino que está dispuesto a hacerlo todo el tiempo que pueda. Por supuesto, si le votan no tengo ninguna crítica al respecto.. Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)
«No solo quiere seguir, aunque todo puede cambiar, sino que está dispuesto a hacerlo todo el tiempo que pueda»
Es lamentable que una rueda de prensa para hacer balance en La Moncloa se convierta en un ejercicio de descarado partidismo. Uno de los aspectos en los que Sánchez ha superado a cualquiera de sus antecesores es en el uso partidista de los medios públicos. Por supuesto, su única utilidad es dirigirse a los suyos y avanzar en la radicalización. Fue otro ejercicio de propaganda y, como siempre, de colocar un relato. Es interesante que empezara con una referencia a los escándalos de acoso sexual y corrupción en el PSOE. No solo no son hechos aislados, sino que son numerosos y afectan a los que eran sus colaboradores más importantes. Al final, todo se reduce a que el PP es muy malo y él lo ha hecho todo bien. Es un auténtico campeón del populismo. No paró de insistir en la ultraderecha, lo bien que lo hace y lo mal que lo hace la oposición.. La línea argumental fue que España va bien gracias a un gobierno progresista, aunque no conozco ningún país en la Historia que haya progresado con el comunismo. Lo mejor es que la prosperidad de España es gracias al «acierto y buena dirección de estos siete años». Esto confirma que no se relaciona con la economía real, porque estamos perdiendo inversiones por la crisis política e institucional, así como por la inseguridad jurídica. La ausencia de Presupuestos es un problema grave, pero, sobre todo, que no pueda aprobar ninguna ley importante. La excepción son aquellas normas que no tienen carga ideológica.. La macroeconomía es muy atractiva, pero siempre olvida que se han aparcado las reglas de control del gasto público gracias a las crisis y España se está endeudando sin límites. Es llamativo que, a pesar de tanta genialidad y brillantez, los votantes le hayan dado la espalda en las elecciones que se han ido sucediendo. Su estrategia para los próximos meses es victimizarse, ya que «si hay que aguantar campañas del fango y personales, lo haremos, lo haré». A esto hay que añadir que seguirá gastando dinero como si no hubiera un mañana. Es evidente que no solo quiere seguir, aunque todo puede cambiar, sino que está dispuesto a hacerlo todo el tiempo que pueda. Por supuesto, si le votan no tengo ninguna crítica al respecto.. Francisco Marhuenda.De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)
