El actor reflexiona sobre el regreso de «Los Protegidos: Un nuevo poder», la serie que se estrena en atresplayer con nuevas tramas, reencuentros y un mensaje que sigue tan vigente como hace 15 años
Después de más de una década, «Los Protegidos» ha vuelto con una entrega que, lejos de buscar el guiño fácil al pasado, se planta con la misma naturalidad que hizo única a la serie en 2010. En «Un nuevo poder», los Castillo se enfrentan a una amenaza desconcertante, mientras cada uno intenta encajar en un mundo donde lo distinto sigue generando ruido. Luis Fernández, que fue Culebra desde el primer episodio, vuelve al personaje con una madurez que se percibe incluso en los silencios. En diálogo con LA RAZÓN, habla de la evolución de la serie, del oficio de actuar y del vínculo personal que aún lo une a un papel que le cambió la vida.. ¿Cómo ha vivido el regreso de «Los Protegidos»?. Mi percepción es que la serie ha envejecido muy bien. Desde que se dejó de emitir, en 2012, se ha mantenido muy viva gracias al público, que ha sido muy fiel. Fue en una época en que no existían las plataformas como ahora, había cinco cadenas. Y fíjate que todavía hoy nos escribe gente recordando esos momentos, pero también contándonos que cuando eran adolescentes la veían, y que ahora son padres y se la ponen a sus hijos. Eso es muy bonito. La serie sigue viva gracias a ellos. Esta temporada me recuerda mucho a los inicios, a esa serie innovadora que hablaba de personas con poderes, pero que en realidad estaba hablando de algo que todavía está presente: la diferencia, la gente distinta. Creo que eso engancha, porque conecta con algo humano. Es una serie que habla de unión, de valores, y de cómo afrontar los problemas juntos.. ¿Cree que el cambio en la forma de consumir televisión ha afectado a la serie?. Fíjate que yo creo que a «Los Protegidos» no le ha hecho daño. Estar en atresplayer le ha sentado bien. Lo que yo percibo es que sigue funcionando. Si no fuese así, esta serie habría muerto como tantas otras. Pero no, sigue viva porque la gente quiere verla. Es una serie que une a las familias, se puede ver juntos. Es una serie limpia, blanca, que habla de problemas personales con los que la gente se puede identificar. Hoy todo va más rápido, lo queremos todo al instante, y no digo que eso esté mal, pero es distinto. Como los personajes: lo distinto no es malo, es diferente. Y eso también lo dice la serie.. ¿En qué ha cambiado Culebra en esta nueva etapa?. Creo que Culebra ha hecho un trabajo personal muy bonito. Era necesario que evolucionara, porque si no, se habría quedado estancado. Esta temporada hablé con Uriol Ferrer, el director, y con Carlos García Miranda, que es el productor y guionista, y los tres coincidimos en que tenía que haber un cambio en la relación entre Sandra y Culebra. No podían pasarse la vida discutiendo. Todos evolucionamos, y los personajes también. Culebra ha madurado. Y también te digo que yo he hecho un trabajo personal muy bonito conmigo mismo. Me conozco más que antes, y creo que eso se nota. Hemos evolucionado juntos, sin buscarlo.. ¿Siente que ese trabajo personal se ha traducido también en su carrera?. Sí. Me ha permitido hacer personajes muy distintos a Culebra. Al principio, era fácil quedarme en el rol de chico de barrio, de canalla, pero poco a poco he podido abrir otras puertas. Estoy orgulloso de eso, porque creo que el trabajo bien hecho tiene recompensa. Me ha costado, pero he trabajado mucho y estoy contento.. ¿No teme quedar encasillado en el personaje de Culebra?. No. Es el personaje que me dio la oportunidad de entrar en esta profesión que amo. Solo por respeto, hacia él, hacia el público y hacia mí mismo, creo que merece seguir estando. Y no lo digo por echarme flores, pero al final, Culebra soy yo. Así de simple. Si lo hiciera otro compañero, seguramente lo haría muy bien, pero no sería lo mismo. Hay un vínculo que es muy difícil de replicar.. ¿Cómo mantiene la serie el equilibrio entre nostalgia y renovación?. Al principio puede que estuviera más enfocada a un público adolescente. Pero ya entonces muchas familias se nos acercaban para decirnos que la veían juntos. Eso no es fácil de lograr. La serie se pensó para un tipo de público, pero al final conectó con muchos más. Y creo que eso ocurre porque sigue hablando de cosas que importan: la familia, la unión, la diferencia. Son temas universales, y más actuales que nunca.. ¿Qué puede sorprender al público de esta nueva temporada?. El reencuentro con Jimena y Blanca es muy bonito. Volver a trabajar con Angie Cepeda ha sido algo especial para todos. Fue nuestra madre en la ficción, y no habíamos vuelto a trabajar con ella hasta ahora. Ni en «El regreso» ni en «ADN» estuvo. Así que, tanto para el público como para nosotros, esto era necesario. En este caso, ha sido un regalo.
Después de más de una década, [[LINK:EXTERNO|||https://www.larazon.es/television/series/protegidos-lio-navideno-despierta-viejos-poderes_20251214693e814eea66eb735311804d.html|||«Los Protegidos»]] ha vuelto con una entrega que, lejos de buscar el guiño fácil al pasado, se planta con la misma naturalidad que hizo única a la serie en 2010. En [[LINK:EXTERNO|||https://www.larazon.es/television/series/protegidos-lio-navideno-despierta-viejos-poderes_20251214693e814eea66eb735311804d.html|||«Un nuevo poder»]], los Castillo se enfrentan a una amenaza desconcertante, mientras cada uno intenta encajar en un mundo donde lo distinto sigue generando ruido. Luis Fernández, que fue Culebra desde el primer episodio, vuelve al personaje con una madurez que se percibe incluso en los silencios. En diálogo con LA RAZÓN, habla de la evolución de la serie, del oficio de actuar y del vínculo personal que aún lo une a un papel que le cambió la vida.. ¿Cómo ha vivido el regreso de «Los Protegidos»?. Mi percepción es que la serie ha envejecido muy bien. Desde que se dejó de emitir, en 2012, se ha mantenido muy viva gracias al público, que ha sido muy fiel. Fue en una época en que no existían las plataformas como ahora, había cinco cadenas. Y fíjate que todavía hoy nos escribe gente recordando esos momentos, pero también contándonos que cuando eran adolescentes la veían, y que ahora son padres y se la ponen a sus hijos. Eso es muy bonito. La serie sigue viva gracias a ellos. Esta temporada me recuerda mucho a los inicios, a esa serie innovadora que hablaba de personas con poderes, pero que en realidad estaba hablando de algo que todavía está presente: la diferencia, la gente distinta. Creo que eso engancha, porque conecta con algo humano. Es una serie que habla de unión, de valores, y de cómo afrontar los problemas juntos.. ¿Cree que el cambio en la forma de consumir televisión ha afectado a la serie?. Fíjate que yo creo que a [[LINK:EXTERNO|||https://www.larazon.es/television/series/protegidos-lio-navideno-despierta-viejos-poderes_20251214693e814eea66eb735311804d.html|||«Los Protegidos»]] no le ha hecho daño. Estar en atresplayer le ha sentado bien. Lo que yo percibo es que sigue funcionando. Si no fuese así, esta serie habría muerto como tantas otras. Pero no, sigue viva porque la gente quiere verla. Es una serie que une a las familias, se puede ver juntos. Es una serie limpia, blanca, que habla de problemas personales con los que la gente se puede identificar. Hoy todo va más rápido, lo queremos todo al instante, y no digo que eso esté mal, pero es distinto. Como los personajes: lo distinto no es malo, es diferente. Y eso también lo dice la serie.. ¿En qué ha cambiado Culebra en esta nueva etapa?. Creo que Culebra ha hecho un trabajo personal muy bonito. Era necesario que evolucionara, porque si no, se habría quedado estancado. Esta temporada hablé con Uriol Ferrer, el director, y con Carlos García Miranda, que es el productor y guionista, y los tres coincidimos en que tenía que haber un cambio en la relación entre Sandra y Culebra. No podían pasarse la vida discutiendo. Todos evolucionamos, y los personajes también. Culebra ha madurado. Y también te digo que yo he hecho un trabajo personal muy bonito conmigo mismo. Me conozco más que antes, y creo que eso se nota. Hemos evolucionado juntos, sin buscarlo.. ¿Siente que ese trabajo personal se ha traducido también en su carrera?. Sí. Me ha permitido hacer personajes muy distintos a Culebra. Al principio, era fácil quedarme en el rol de chico de barrio, de canalla, pero poco a poco he podido abrir otras puertas. Estoy orgulloso de eso, porque creo que el trabajo bien hecho tiene recompensa. Me ha costado, pero he trabajado mucho y estoy contento.. ¿No teme quedar encasillado en el personaje de Culebra?. No. Es el personaje que me dio la oportunidad de entrar en esta profesión que amo. Solo por respeto, hacia él, hacia el público y hacia mí mismo, creo que merece seguir estando. Y no lo digo por echarme flores, pero al final, Culebra soy yo. Así de simple. Si lo hiciera otro compañero, seguramente lo haría muy bien, pero no sería lo mismo. Hay un vínculo que es muy difícil de replicar.. ¿Cómo mantiene la serie el equilibrio entre nostalgia y renovación?. Al principio puede que estuviera más enfocada a un público adolescente. Pero ya entonces muchas familias se nos acercaban para decirnos que la veían juntos. Eso no es fácil de lograr. La serie se pensó para un tipo de público, pero al final conectó con muchos más. Y creo que eso ocurre porque sigue hablando de cosas que importan: la familia, la unión, la diferencia. Son temas universales, y más actuales que nunca.. ¿Qué puede sorprender al público de esta nueva temporada?. El reencuentro con Jimena y Blanca es muy bonito. Volver a trabajar con Angie Cepeda ha sido algo especial para todos. Fue nuestra madre en la ficción, y no habíamos vuelto a trabajar con ella hasta ahora. Ni en «El regreso» ni en «ADN» estuvo. Así que, tanto para el público como para nosotros, esto era necesario. En este caso, ha sido un regalo.
