Paramount presenta una OPA hostil y en efectivo por Warner Bros. Discovery valorada en 108.400 millones para bloquear el acuerdo anunciado con Netflix del pasado viernes. Los accionistas de Warner Bros. Discovery anuncian que valoraran la oferta
La batalla corporativa más feroz que Hollywood ha visto en décadas se libra estos días alrededor de un gigante: Warner Bros. Discovery (WBD). Lo que comenzó como un escenario de especulación (con Forbes señalando a Apple como el comprador más lógico para rescatar a una compañía lastrada por la deuda) derivó rápidamente en un terremoto mediático que hoy tiene a Paramount y Netflix enfrentadas en una guerra abierta. Y en el epicentro, una jugada inédita: la opa hostil de Paramount por 108.400 millones de dólares en efectivo, la ofensiva más contundente lanzada jamás por David Ellison, presidente y CEO de un estudio cinematográfico centenario, hogar de grandes hitos de la historia del séptimo arte como son ‘Psicosis’, ‘El Padrino’ I y II, ‘Grease’ o la saga de ‘Misión Imposible’ entre decenas y decenas de largometrajes.. El pasado viernes, 5 de diciembre, Netflix había sorprendido al mundo con un acuerdo histórico: una oferta valorada en 82.700 millones de dólares, principalmente en efectivo, para adquirir Warner Bros., HBO Max y el resto de activos de WBD. Un pacto bendecido de inmediato por la cúpula directiva de la compañía, que veía en la plataforma líder en streaming una salida sólida para una empresa agobiada por la deuda heredada de la fusión de 2022. Mientras la operación entraba en la fase de revisión de los reguladores antimonopolio (un proceso que podría extenderse entre 12 y 18 meses), el sector asumía que la batalla había terminado. Pero Paramount no estaba dispuesta a quedar fuera del juego. Este lunes, Ellison activó una maniobra tan agresiva como inesperada: una oferta pública de adquisición hostil, completamente en efectivo, a 30 dólares por acción (un total de 108.400 millones de dólares), destinada a arrebatar Warner Bros. Discovery de las manos de Netflix y someter la decisión directamente al juicio de los accionistas. Se trata de un movimiento poco habitual en la industria audiovisual, y que evidencia la dimensión estratégica del pulso que se está librando.. Ellison defendió la propuesta con un mensaje contundente: «Los accionistas de WBD merecen la oportunidad de considerar nuestra oferta superior, totalmente en efectivo, por la totalidad de la compañía. Proporciona un camino más seguro, más rápido y de mayor valor que el acuerdo propuesto con Netflix», afirmó. Para el presidente y CEO de Paramount, el pacto con la plataforma es una apuesta «peor», basada en una mezcla de dinero y acciones cuya valoración del negocio lineal de cable, uno de los segmentos más debilitados del sector, resulta especialmente incierta. En resumen: se podría decir que Netflix ofrece más riesgo y menos dinero. La ofensiva llega después de semanas de especulación sobre el futuro de WBD. Forbes defendía que el comprador ideal era Apple, que vería resuelto su gran problema en streaming (la falta de escala de Apple TV+) al integrar marcas como HBO, Warner Bros. Pictures, CNN o DC. La propuesta encajaba estratégicamente, pero no llegó a concretarse en una oferta real. Netflix, en cambio, sí dio el paso: no solo presentó la mayor operación de su historia, sino que amarró el financiamiento con hasta 59.000 millones en préstamos, asumiendo un compromiso colosal. Pero Paramount parece haber dado el golpe definitivo con una opa hostil en efectivo que supera con creces los 82.700 millones de euros ofrecidos por la plataforma de streaming por excelencia.. El impacto, como era de esperar, fue inmediato, tanto en Hollywood como en Washington. El propio Donald Trump elogió públicamente a Ted Sarandos, CEO de Netflix, llamándolo «una gran persona» y asegurando que ha hecho «un trabajo legendario». Pero sus alabanzas vinieron acompañadas de una advertencia: «Cuando le sumas Warner Bros., su cuota de mercado sube muchísimo. Y eso podría ser un problema», afirmó el presidente de los Estados Unidos, que confirmó además que tendrá un papel directo en la evaluación de la fusión. «Eso lo determinarán los economistas, y yo estaré involucrado en esa decisión», advirtió desde la alfombra roja de los Kennedy Center Honors.. Las declaraciones añadieron más combustible a una batalla ya incendiaria. Lo que está en juego no es solo el futuro de Warner Bros. Discovery, si no el nuevo mapa del poder audiovisual mundial. La lucha continúa, y Hollywood seguirá conteniendo la respiración: la opa de Paramount pretende romper el acuerdo antes de que los reguladores se pronuncien, reabriendo la que ya se ha convertido en la Gran Guerra en el streaming, y que muchos ya daban a Netflix por ganada.
La batalla corporativa más feroz que Hollywood ha visto en décadas se libra estos días alrededor de un gigante: Warner Bros. Discovery (WBD). Lo que comenzó como un escenario de especulación (con Forbes señalando a Apple como el comprador más lógico para rescatar a una compañía lastrada por la deuda) derivó rápidamente en un terremoto mediático que hoy tiene a Paramount y Netflix enfrentadas en una guerra abierta. Y en el epicentro, una jugada inédita: la opa hostil de Paramount por 108.400 millones de dólares en efectivo, la ofensiva más contundente lanzada jamás por David Ellison, presidente y CEO de un estudio cinematográfico centenario, hogar de grandes hitos de la historia del séptimo arte como son ‘Psicosis’, ‘El Padrino’ I y II, ‘Grease’ o la saga de ‘Misión Imposible’ entre decenas y decenas de largometrajes.. El pasado viernes, 5 de diciembre, Netflix había sorprendido al mundo con un acuerdo histórico: una oferta valorada en 82.700 millones de dólares, principalmente en efectivo, para adquirir Warner Bros., HBO Max y el resto de activos de WBD. Un pacto bendecido de inmediato por la cúpula directiva de la compañía, que veía en la plataforma líder en streaming una salida sólida para una empresa agobiada por la deuda heredada de la fusión de 2022. Mientras la operación entraba en la fase de revisión de los reguladores antimonopolio (un proceso que podría extenderse entre 12 y 18 meses), el sector asumía que la batalla había terminado. Pero Paramount no estaba dispuesta a quedar fuera del juego. Este lunes, Ellison activó una maniobra tan agresiva como inesperada: una oferta pública de adquisición hostil, completamente en efectivo, a 30 dólares por acción (un total de 108.400 millones de dólares), destinada a arrebatar Warner Bros. Discovery de las manos de Netflix y someter la decisión directamente al juicio de los accionistas. Se trata de un movimiento poco habitual en la industria audiovisual, y que evidencia la dimensión estratégica del pulso que se está librando.. Ellison defendió la propuesta con un mensaje contundente: «Los accionistas de WBD merecen la oportunidad de considerar nuestra oferta superior, totalmente en efectivo, por la totalidad de la compañía. Proporciona un camino más seguro, más rápido y de mayor valor que el acuerdo propuesto con Netflix», afirmó. Para el presidente y CEO de Paramount, el pacto con la plataforma es una apuesta «peor», basada en una mezcla de dinero y acciones cuya valoración del negocio lineal de cable, uno de los segmentos más debilitados del sector, resulta especialmente incierta. En resumen: se podría decir que Netflix ofrece más riesgo y menos dinero. La ofensiva llega después de semanas de especulación sobre el futuro de WBD. Forbes defendía que el comprador ideal era Apple, que vería resuelto su gran problema en streaming (la falta de escala de Apple TV+) al integrar marcas como HBO, Warner Bros. Pictures, CNN o DC. La propuesta encajaba estratégicamente, pero no llegó a concretarse en una oferta real. Netflix, en cambio, sí dio el paso: no solo presentó la mayor operación de su historia, sino que amarró el financiamiento con hasta 59.000 millones en préstamos, asumiendo un compromiso colosal. Pero Paramount parece haber dado el golpe definitivo con una opa hostil en efectivo que supera con creces los 82.700 millones de euros ofrecidos por la plataforma de streaming por excelencia.. Donald Trump toma cartas en el asunto. El impacto, como era de esperar, fue inmediato, tanto en Hollywood como en Washington. El propio Donald Trump elogió públicamente a Ted Sarandos, CEO de Netflix, llamándolo «una gran persona» y asegurando que ha hecho «un trabajo legendario». Pero sus alabanzas vinieron acompañadas de una advertencia: «Cuando le sumas Warner Bros., su cuota de mercado sube muchísimo. Y eso podría ser un problema», afirmó el presidente de los Estados Unidos, que confirmó además que tendrá un papel directo en la evaluación de la fusión. «Eso lo determinarán los economistas, y yo estaré involucrado en esa decisión», advirtió desde la alfombra roja de los Kennedy Center Honors.. Las declaraciones añadieron más combustible a una batalla ya incendiaria. Lo que está en juego no es solo el futuro de Warner Bros. Discovery, si no el nuevo mapa del poder audiovisual mundial. La lucha continúa, y Hollywood seguirá conteniendo la respiración: la opa de Paramount pretende romper el acuerdo antes de que los reguladores se pronuncien, reabriendo la que ya se ha convertido en la Gran Guerra en el streaming, y que muchos ya daban a Netflix por ganada.
