Como era previsible, los representantes del Gobierno reaccionaron diciendo que acataban, pero no compartían la sentencia del Supremo que ha condenado al ex fiscal general. Por supuesto, lo hicieron sin leerla. Menuda tontería pensaron y algunos se dedicaron a descalificarla, aunque la honrosa excepción fue Margarita Robles, que actuó con el rigor que cabe esperar en una exmagistrada del Supremo. La ministra mostró su total confianza y recordó que había sido suscrita por cinco magistrados frente a dos. Mi favorito entre los voceros gubernamentales es, con diferencia, Óscar López, que intentó ser ingenioso y aseguró que «conozco guiones de Hollywood con menos creatividad que esta sentencia». Es imposible que se le hubiera leído, pero qué importa el rigor o la verdad cuando hay que hablar en TeleSánchez. No podemos incluirlo en la categoría de juristas, aunque sí entre los imprudentes. Con ello supongo que debe creer que hace méritos ante Sánchez para que le nombren portavoz del Gobierno. López podría haber limitado sus alardes de ingenio a esa manida frase de que no la comparte, aunque la acata.. Hasta hubiera podido mostrar su simpatía al ex fiscal general, pero me temo que se le ocurrió este fin de semana eso del guion y necesitaba imperiosamente decirlo. Álvaro García Ortiz puede descansar tranquilo, porque no ha quedado inhabilitado como fiscal. Esto muestra la prudencia y el rigor del autor de la Sentencia, el presidente de la Sala, que ha castigado el delito cometido, según los hechos probados, pero dentro del rango menos duro. Por otra parte, ahora se le abre el camino del Constitucional, donde Pumpido podrá maniobrar con sus mariachis para conseguir la exoneración de su antiguo colaborador. No importa que no participe en la deliberación y la votación, porque está allí para ayudar a Sánchez y sus colaboradores. El más fiel sanchista cumplirá su papel y protagonizará otro choque con el Supremo. Por eso es importante para La Moncloa que no se produzca la renovación, ya que los mariachis y los letrados de adscripción temporal no están a la altura de las tareas que les correspondería asumir. No quiero imaginar la desazón de Sánchez y Bolaños, ya que conforme se acerca la derrota electoral, pueden recordar que no están al servicio del Gobierno, sino del Estado de Derecho.. Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)
«El más fiel sanchista cumplirá su papel y protagonizará otro choque con el Supremo»
Como era previsible, los representantes del Gobierno reaccionaron diciendo que acataban, pero no compartían la sentencia del Supremo que ha condenado al ex fiscal general. Por supuesto, lo hicieron sin leerla. Menuda tontería pensaron y algunos se dedicaron a descalificarla, aunque la honrosa excepción fue Margarita Robles, que actuó con el rigor que cabe esperar en una exmagistrada del Supremo. La ministra mostró su total confianza y recordó que había sido suscrita por cinco magistrados frente a dos. Mi favorito entre los voceros gubernamentales es, con diferencia, Óscar López, que intentó ser ingenioso y aseguró que «conozco guiones de Hollywood con menos creatividad que esta sentencia». Es imposible que se le hubiera leído, pero qué importa el rigor o la verdad cuando hay que hablar en TeleSánchez. No podemos incluirlo en la categoría de juristas, aunque sí entre los imprudentes. Con ello supongo que debe creer que hace méritos ante Sánchez para que le nombren portavoz del Gobierno. López podría haber limitado sus alardes de ingenio a esa manida frase de que no la comparte, aunque la acata.. Hasta hubiera podido mostrar su simpatía al ex fiscal general, pero me temo que se le ocurrió este fin de semana eso del guion y necesitaba imperiosamente decirlo. Álvaro García Ortiz puede descansar tranquilo, porque no ha quedado inhabilitado como fiscal. Esto muestra la prudencia y el rigor del autor de la Sentencia, el presidente de la Sala, que ha castigado el delito cometido, según los hechos probados, pero dentro del rango menos duro. Por otra parte, ahora se le abre el camino del Constitucional, donde Pumpido podrá maniobrar con sus mariachis para conseguir la exoneración de su antiguo colaborador. No importa que no participe en la deliberación y la votación, porque está allí para ayudar a Sánchez y sus colaboradores. El más fiel sanchista cumplirá su papel y protagonizará otro choque con el Supremo. Por eso es importante para La Moncloa que no se produzca la renovación, ya que los mariachis y los letrados de adscripción temporal no están a la altura de las tareas que les correspondería asumir. No quiero imaginar la desazón de Sánchez y Bolaños, ya que conforme se acerca la derrota electoral, pueden recordar que no están al servicio del Gobierno, sino del Estado de Derecho.. Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)
